En la última década, las muertes ocasionadas por enfermedades relacionadas al sida en América Latina se redujeron en un 12 %. Sólo en 2016, los fallecimientos en la región vinculados con la enfermedad generada por el VIH disminuyeron de 43.000 (en el año 2000) a 36.000 (en 2016).

En el mundo, 1 millón de personas fallecieron por la misma causa el año pasado. En 2005, esa cifra era mayor: 1.9 millones.

Este logro se debió a un mayor acceso a tratamientos antirretrovirales por parte de la población en general, alcanzando, por primera vez en la historia, a un 58% de los seropositivos en Latinoamérica (por encima del promedio, que es 53%): de 511.700 personas en 2010 a un millón en 2016.

Así lo establece el informe anual de ONU/SIDA que monitorea e informa sobre el progreso de la enfermedad en el mundo. Y aunque las muertes parecen ser menos, los nuevos contagios de VIH no han sido frenados.

En Perú, Honduras y Colombia, la tasa de mortalidad descendió en un 62%, 58% y 45%, respectivamente.
En Latinoamérica entera la cantidad de nuevas infecciones en adultos se mantuvo “estable”, aumentando de 94.000 en 2010 a 96.000 en 2016. En ese período, la mayoría de las nuevas infecciones en niños ocurrieron en Venezuela, Brasil y Guatemala.

En el mismo período, pero esta vez analizando los datos país por país, en Colombia, El Salvador, Nicaragua y Uruguay los nuevos casos del virus se redujeron en un 20%.

Caso Argentina
El informe resaltó especialmente la labor hecha por Argentina en la lucha contra el VIH, considerando su cobertura del tratamiento antirretroviral para seropositivos como el más alto de la región (64%), seguido por Brasil (60%).

Ambos países tuvieron un aumento “ligero” de nuevas infecciones entre 2010 y 2016 (3%), mientras que los grandes aumentos ocurrieron en Chile (34%), Panamá (23%), Costa Rica (16%), México (13%) y Honduras (11%). Los casos de “preocupación” en la región para ONU/SIDA son los de Bolivia, en donde solo el 25% de las personas que viven con VIH puede tener acceso al tratamiento, y Venezuela, en donde no existen datos oficiales al respecto y la crisis económica del país se traduce en la ausencia de medicamentos, entre esos el tratamiento contra el VIH.

A Buenos Aires, particularmente, se le reconoce en el informe ONU/SIDA por reducir el estigma sexual relacionado con el VIH, diagnosticar un mayor número de personas que viven con VIH y derivarlos rápidamente al centro de atención indicado.

También se le celebra que se disponga de la prueba rápida y gratuita de detección de VIH en diferentes vecindarios porteños a través de las unidades móviles de salud, las cuales se han establecido en 34 espacios públicos frecuentados por locales y turistas. El servicio, que comenzó en 2014, incluye asesoramiento previo y posterior a la prueba. En Argentina, según el reporte, el 64% de las personas que viven con VIH tiene acceso a los antirretrovirales.

Al respecto, en Buenos Aires se ha actuado contra el estigma y la discriminación mediante la introducción de un reglamento (Ley 4.238 / 12) que garantiza que los proveedores de atención médica no limiten los servicios de salud basados en género, identidad u orientación sexual. Dentro de este entorno legal, la ciudad ha dispuesto de una red de servicios de salud orientados a las poblaciones trans y con foco en los Derechos Humanos. Dicha red está compuesta por ocho hospitales, 23 centros de salud, 1 centro de salud mental y 6 organizaciones no gubernamentales.

El informe menciona también la creación de la página web de educación sexual para jóvenes Chau-tabú, y de la red social de jóvenes y adolescentes que viven con VIH, RAJAP.

Objetivos al 2020
El informe anual de ONU/SIDA, elaborado por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA, reporta fue en el sur y este de África en donde el descenso en los fallecimientos relacionados con la enfermedad del sida fue el más grande: 42% entre 2010 y 2016. Esta es, precisamente, la región más afectada por el virus, la que cuenta con más de la mitad de los casos globales y la que registró 420.000 muertes por esta causa solo en 2016.

Sin embargo, al norte de África y en Oriente Medio los fallecimientos por enfermedades relacionadas al VIH aumentaron en más del 48%, mientras que en Europa del Este y Asia central un 38%.

Para las Naciones Unidas, su principal objetivo mundial es conseguir que 30 millones de personas estén bajo tratamiento en 2020, y que se les garanticen los Derechos Humanos y la inclusión en la sociedad a todos los que vivan con el virus de VIH o con la enfermedad del sida.