Se conmemora hoy un nuevo “Día Mundial de Concientización sobre Linfomas”.
Desde hace unos años el 15 de septiembre es la fecha elegida para el Día Mundial de Concientización sobre Linfomas. Dicha efemérides es promovida por la organización sin fines de lucro Lymphoma Coalition, una red global de pacientes con presencia en 52 países.
Para este 2020, la entidad consideró oportuno expresar gratitud a cada uno de los actores que, de un modo u otro, colaboran para mejorar el día a día de los pacientes. Proponen dar “un millón de gracias” a profesionales sanitarios, organizaciones de pacientes y a aquellos que realizan aportes económicos voluntarios. También para los investigadores y las investigadoras que brindan evidencias, con la finalidad de dar con mejores estrategias preventivas, diagnósticos más precoces y tratamientos más efectivos.
Según los expertos, existen más de 80 subtipos diferentes de linfomas con formas clínicas heterogéneas de presentación, pronósticos y respuesta a tratamientos. El aporte de conocimiento de algunos de ellos ha desembocado en mejoras en la supervivencia y calidad de vida de los pacientes. Con ese objetivo y por medio de investigaciones recientes, científicos y científicas de Latinoamérica buscan caracterizar el impacto en la región. Además de aportar datos útiles para el escenario global.
Algunos virus, como el Epstein-Barr o el linfotrópico humano de células T tipo 1 (HTLV-1), han sido vinculados a la aparición de linfomas. Latinoamérica se caracteriza por ser una región en donde existe una alta prevalencia de infección con dichos agentes. Además, los estudios que dan cuenta de sus distribuciones locales o regionales y su morbilidad tumoral asociada son escasos. Por eso, algunos trabajos, como el publicado recientemente en la revista Cancers, poseen un gran valor. En el texto, una red multicéntrica de investigadores e investigadoras revisó la literatura disponible acerca de la distribución de virus y linfomas en países de la región. Observaron que México y Perú se caracterizan por una alta endemicidad de linfomas nasales de células T/NK, positivos para virus Epstein-Barr.
Perú, además, acarrea la mayor frecuencia de linfoma de Hodgkin y linfoma difuso B de células grandes, asociados a infección con dicho virus. Los linfomas T del adulto fueron más prevalentes en el norte de Brasil y Chile.
De manera característica, el linfoma Hodgkin -asociado al virus de Epstein-Barr- afecta principalmente a niños más pequeños en Latinoamérica. Eso no coincide con lo observado en países más desarrollados, en los cuales los más afectados por este tipo de linfoma suelen ser los adolescentes y adultos jóvenes. Además, en dichos países, se detectan infecciones primarias por el virus de Epstein-Barr recién en edades más avanzadas.
Por último, fue detectada una alta prevalencia de infección por virus HTLV en poblaciones amerindias situadas en los Andes y el Amazonas.
Para quienes tratan pacientes con linfomas es vital estimar el pronóstico y el grado de respuesta a un posible tratamiento. Para ello, existen en la práctica clínica diaria algunos marcadores disponibles. En otro trabajo colaborativo y transnacional, investigadores de Latinoamérica propusieron recientemente el empleo de uno muy sencillo: la razón matemática entre neutrófilos y linfocitos en sangre al momento del diagnóstico.
Se analizaron de manera retrospectiva a 597 pacientes de Latinoamérica, con diagnóstico de linfoma difuso B de células grandes tratados con quimioinmunoterapia. Según los resultados de un estudio, publicado en la revista Clinical Lymphoma, Myeloma & Leukemia, aquellos con un valor igual o mayor a 4 en la citada razón tuvieron peor respuesta al tratamiento y una menor sobrevida.
Los autores concluyen en que el citado marcador -dada su simplicidad y bajo costo- podría tener un importante rol como complemento a otras herramientas disponibles. Reflejaría mejor variables que no son tenidas en cuenta, tales como el grado de inflamación sistémica y la inmunodeficiencia de los pacientes. Ambas situaciones ya han sido vinculadas a mayor agresividad tumoral.
En diversas partes del mundo la investigación en linfoma tiene como objetivo trasladar rápidamente evidencias científicas sólidas a la práctica diaria. Existe una búsqueda intensa de estrategias preventivas, nuevos tratamientos, o factores pronósticos que permitan un mejor manejo de los pacientes. Gran parte del conocimiento logrado en linfomas durante los últimos años se ha debido al espíritu colaborativo entre investigadores de diversos países.
Latinoamérica, según lo comentado en la nota, también parece transitar esa fructífera senda en la actualidad. Nuevos estudios seguramente darán cuenta del impacto de uno u otro tipo de linfoma en la región, o propondrán acciones preventivas, diagnósticas y terapéuticas acordes a la realidad latinoaméricana. Los pacientes, desde ya, agradecidos.
Lymphoma Coalition Cancers Clinical Lymphoma, Myeloma & Leukemia
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