Según un estudio, esto indica una posible presencia de mecanismos compartidos (ejemplo, disfunción inmunológica) entre estas condiciones alérgicas en relación con los TEA
Una investigación realizada en Estados Unidos plantea la existencia de una relación entre el autismo y la aparición de alergias en los niños. Se trata de un estudio realizado por científicos de la Universidad de Iowa en el que se reveló que los pequeños que padecen de alguno de los Trastornos del Espectro Autista (TEA) tienen más del doble de posibilidades de sufrir una alergia a los alimentos que aquellos niños que no.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores trabajaron con una muestra de de 200 mil niños a quienes se les evaluó en función de las respuestas ofrecidas por sus padres en la Encuesta Nacional de Salud sobre las condiciones alérgicas y el trastorno del espectro autista entre 1997 y 2016.
De forma general, la encuesta reveló que, en total, 4% de los niños tenía alergia alimentaria, 12% presentaba alergia respiratoria, 10% tenía alergia cutánea y menos de 1% tenía trastorno del espectro autista. Al hacer un ajuste comparativo de variables, en búsqueda de precisión y vinculaciones, se halló que los niños con autismo eran significativamente más propensos a padecer cualquiera de los tres tipos de alergia, especialmente la alimentaria.
Los resultados sugieren que los niños con TEA tenían 11,25% de probabilidades de tener alergia alimentaria, mientras que la prevalencia ponderada es aquellos sin TEA es de 4,25%. Para alergia respiratoria, la factibilidad se divide entre 18.73% para el primer grupo frente a 12.08% en el segundo. En cuanto a la alergia cutánea, la prevalencia fue de 16.81% en pacientes TEA versus 9.84% en los que no.
Según el estudio, “esto indica una posible presencia de mecanismos compartidos (ejemplo, disfunción inmunológica) entre estas condiciones alérgicas en relación con los TEA”.
El profesor Wei Bao, asistente de Epidemiología en el Colegio de Salud Pública de la UI y autor del estudio, declaró en la revista JAMA Network Open, de la Asociación Médica Americana, que “es posible que las alteraciones inmunológicas puedan tener procesos que comiencen temprano en la vida, que luego influyen en el desarrollo del cerebro y el funcionamiento social, lo que lleva al desarrollo de TEA”.
De acuerdo con lo que señalan los autores, “estudios previos han mostrado niveles aumentados de citocinas proinflamatorias en los cerebros post mortem de pacientes con TEA, y también se ha observado una mayor producción de anticuerpos (…). Además, también puede haber factores de riesgo genéticos y no genéticos compartidos que influyen tanto en la alergia como en el ASD”.
A pesar de la contundencia del estudio, se plantea en las conclusiones que “estos hallazgos requieren confirmación en estudios prospectivos de cohorte”, pero abren las puertas hacia la comprensión de un vínculo que hasta ahora había sido poco estudiado.
Estadísticas de la Organización Mundial de la Salud revelan que “uno de cada 160 niños tiene un trastorno del espectro autista” en todo el globo.” Esta estimación representa una cifra media, pues la prevalencia observada varía considerablemente entre los distintos estudios. No obstante, en algunos estudios bien controlados se han registrado cifras notablemente mayores. La prevalencia de TEA en muchos países de ingresos bajos y medios es hasta ahora desconocida”, completan.
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